SAUL TABORDA

Hombres de la Reforma Universitaria”

2 de Junio – Muere Taborda 

Ricardo Miguel Fessia

I – Por razones que todavía no alcanzo a comprender, se dan tiempos de intensa producción intelectual con hombres privilegiados que signan una generación irrepetible. El inicio del pasado siglo fue una de esas épocas con hombres de un enciclopedismo tardío que hacía de esos conocimientos la base para interpretar los acontecimientos que vendían, los cambios que se avecinaban en una sociedad convulsionada.

Taborda fue uno de ellos, humanista a tiempo completo, pensador sagaz de frases profundas que como un estiletazo rasgaban el tejido de la hipocrecía. La condición humana es esencial para el ideal de formación de una sociedad hispanoamericana definitivamente integrada. Su humanismo reconoce raíces en cierto anarquismo primario y por momentos vacilante, que se erigía en ideal último de libertad. Su ideario no pudo ser continuado y el proyecto teórico “tabordiano” no pudo superar la etapa de primaria elaboración de un modelo político argentino e hispanoamericana de neta inspiración libertaria.

II – En el hogar asentado en medio de la pampa gringa cordobesa, integrado por Rosario y Ramona Pereyra, nace Saúl Alejandro el 9 de noviembre de 1885. La llegada se produce en la estancia “Chañar Ladeao”, jurisdicción de Santiago Temple, departamento Río Segundo, en días que se convivía aún con pobladores originarios de la zona.

Tomó sus primeros estudios en la escuela elemental de Santiago Temple que recién se formaba y para concluirlos se trasladó a la capital donde ingresa a la Escuela Normal de Córdoba. Los padres estaban decididos a que tenga la mejor educación posible y para el secundario es matriculado en el Colegio Nacional Oeste de Buenos Aires y por una situación familiar los concluye en el Colegio Nacional de Rosario, donde es condiscípulo de Amadeo Sabattini, Enzo Bordabehere, ambos algunos años más jóvenes. Por esos días se embebe de la realidad argentina en una ciudad que no paraba de crecer y recibía inmigrantes ávidos de futuro.

Con una incipiente personalidad intelectual, se matricula en la Universidad de La Plata cuando aún era provincial y en proceso de nacionalización por el empuje de Joaquín V. González.

El paso por las aulas mayores le permite afianza su vocación de humanista y la primera muestra es “Verbo profano” un pequeño libro que publica en La Plata en 1909 y que merece una crítica auspiciosa. El propio Carlos Octavio Bunge le dirá: “Más que poeta parece usted un filósofo que hace versos”. Al año siguiente, en el Centenario, es delegado estudiantil al Congreso Universitario convocado por los estudiantes en Buenos Aires y logra su graduación.

Concluido el periplo de formación regresa al terruño para iniciarse en el ejercicio de la profesión en Córdoba. Verdadero universitario, se inscribe en la Universidad de Santa Fe donde en 1913 logra el doctorado con una tesis titulada “La eximente de beodez en el Código Penal”. Como era habitual una vez calificada y atendiendo a la nota del tribunal, la publicó para su distribución (Córdoba, Imprenta Bautista Cubas, 1915). Por una relación breve pero intensa con Rafael Altamira le dedica un ejemplar en estos términos: “A don Rafael Altamira, el noble maestro que conquistó el alma de América para España. Su discípulo y amigo Saúl Alejandro Taborda”.

III – La ciudad presentaba los primeros síntomas de esa suerte de contradicción con las fuerzas conservadoras en pleno y total manejo de lo público y hombres de distinto origen en busca de los cambios imprescindibles para dar cabida a los intereses que surgían fruto de una nueva argentina.

Junto a otros jóvenes identificados con algunas de estas nuevas ideas, andan sin sombras y dispuestos a impulsar toda iniciativa de progreso.

Trabará una sólida amistas con Deodoro Roca cuya personalidad compartía rasgos parecidos si bien lo caminos posteriores de su evolución intelectual se cruzarían.

Este panorama de la cosa pública le genera un marcado indiscriminado desprecio ya que iba todo, según él, “a exhibir en aquel inmenso palomar su aire, envuelto en sedas, recamado en joyeles, toda su vanidad, su tedio, su hipocresía y su estulticia”.

Uno de sus primeros trabajos se publica en “Renacimiento”, una revista independiente que dirigía Florencio César González. En formato de artículo se conoce “Instituciones eclesiásticas coloniales” que luego corrige y aumenta para ser un capítulo de “Reflexiones sobre el ideal político de América” de 1918.

Llamado por todos los aspectos del mundo cultural, junto a otros jóvenes fundan el “Círculo de Autores Teatrales de Córdoba”, ocupando algunos cargos en ese espacio que recibe a escritores, docentes, alumnos universitarios, la Federación Obrera Local y la “Biblioteca Córdoba” dirigida por Arturo Capdevila.

Toda manifestación de una creación de espíritu libertario lo tiene como ferviente colaborador. Así participa en la Universidad Popular, en algunos círculos obreros y bibliotecas populares, lo mismo que en tertulias, actos callejeros o presentando amparos en favor de huelguistas.

Su ideario va dando forma a un “americanismo literario” como expresión de un valor moral que supere el materialismo positivista tan presente en ese tiempo. Algunas de estas líneas son tomadas luego para dar forma a ese gran movimiento que fue la Reforma Universitaria de 1918.

Como una necesidad de canalizar esas ideas que son testigo de la tensión entre modernidad y tradición, dedica tiempo a plasmar su pensamiento. Un trabajo señero fue “La obra de dios” de 1916, presentado en tres actos donde está latente la lucha de la libertad contra el deber religioso.

La novela “Julián Vargas” (Córdoba, La Elzeviriana, 1918), en cierta medida autobiográfica, es el canal par descarga toda la batería de críticas al sistema. Lo presenta como la aventura de un joven que llega a Buenos Aires donde encontrará afectos que le permiten desarrollarse y no ahorra críticas a la burguesía terrateniente a la que califica de “holgazana, debilitada y enviciada hasta la médula”.

De claro corte critico es su ensayo “Reflexiones sobre el ideal político de América” de 1918 –Imprenta Elzeviriana- trabajado sobre un año convulsionado por la gesta “reformista” en donde volvió a un clásico; la critica a las instituciones eclesiásticas: “Desde el onganga del Gabón salvaje y primitivo hasta el sacerdote de los pueblos civilizados de nuestros días la historia de las instituciones eclesiásticas es la de una tiranía subjetiva destinada a apuntalar los regímenes políticos derivados de la lucha del hombre contra el hombre…Y como el régimen vigente es acusadamente un régimen de clase, lo es también la institución que lo protege y lo defiende aunando los anhelos y las aspiraciones religiosas de los pueblos y predisponiendo la psiquis colectiva en un sentido favorable a los que mandan”.

La misma crítica impía la descargaba contra el sistema político que hacía muy pocos años inauguraba un tiempo nuevo con la aplicación de la “ley Sáenz Peña” reclamando superar el “mero electoralismo”: “El partido político como fuerza organizada para el antagonismo en un régimen surgido del comité, ya no será posible…La soberanía no se expresará así por medio de una boleta encerrada en una urna; se expresará por todos los órganos del pensamiento. Los partidos políticos han respondido a un mínimo de soberanía y a un máximo de autoridad; la opinión pública o social responde a un máximo de soberanía y a un mínimo de gobierno”.

IV – Apenas se escuchan murmullos estudiantiles es uno de los primeros en sumarse y rápidamente es uno de los protagonistas de esa revolución estudiantil que en 1918 provocó el surgimiento de la “Nueva generación” de América Latina y planteó ideales continentales y una actitud antiimperialista. Esos muchachos en el mismo salón de grados proclamaron la huelga general, la revolución universitaria. Junto a Barros, Valdés, Roca, Bordabehere y todos los que inspiraban esta campaña, Taborda hizo oír su voz una vez más, en aquel momento solemne para la cultura del país.

En 1920, pleno apogeo del “reformismo”, y cuando estaba en pleno proceso de nacionalización, Taborda es convocada para dictar la cátedra de “Sociología” en la Facultad de Ciencias jurídicas y sociales de la Universidad del Litoral en Santa Fe.

No obstante lo breve del vínculo en alguna medida sigue la relación con la casa litoraleña y apenas las primera publicaciones de la Universidad, entrega un ensayo que es señalado como uno de los más claros de su ideario; “La crisis espiritual y el ideario argentino”. (Santa Fe: Instituto Social de la Universidad Nacional del Litoral, 1934. Reedición de 1945).

Poco tiempo pudo ejercer el magisterio ya que también es requerido en La Plata para ser designado rector del Colegio Nacional que depende de la Universidad, pero apenas un año después abandonó la ciudad con una causa en su contra por el cargo de “anarquizador”.

El movimiento de contrarreforma, es decir la reacción conservadora, no se hizo esperar. Los sectores que desde siempre habían manejado la educación superior no estaban dispuestos a declinar ese poder por una revuelta. Córdoba era el lugar donde se había instalado la primera universidad con la dirección del clero. Julio Argentino Pascual Roca, es decir “Julito” que del padre solo mantenía el nombre, es electo gobernador de la provincia en 1922 y fortalecía todos los proyectos para hacer languidecer a la Reforma, apoyando iniciativas como la “Liga Patriótica” y la “Unión Popular Católica Argentina”.

Ese mismo año la policía lo detiene por su participación en una manifestación y tuvo que presentar un recurso su amigo Deodoro Roca para recuperar la libertad.

Como todavía tenía abierta una causa en la casa platense, le remite una nota al rector, en diciembre de 1922, Dr. Benito Nazar Anchorena –rector de la Universidad- donde expresa “Yo sobreviviré en el recuerdo de muchos corazones; usted sólo vivirá en algún retrato colocado en los muros de su despacho por la mano de algún empleado”.

IV – Decidido a dar otro rumbo, en 1923 emprende viaje a Europa para estudiar en algunas universidades y tomar contacto directo con las novedades. Durante tres años pasa por la Universidad de Marburgo, de Zurich, Viena y París. En las Universidades de Heidelberg y Leipzig estudió pedagogía ya que en esos centros se generaban las nuevas formas de enseñanza.

V – El tiempo de ausencia lo hace reflexionar en todos los ordenes del pensamiento. Una primera etapa que algunos vinculan al anarquismo, por lo menos por una aproximación literaria, con una serie de temas y posiciones afines a la cultura anarquista y en esto es claro la introducción del libro de poesía del vate José de Maturana, en donde se encarga de pensar una vinculación posible entre ideales y realidad, pensar a su vez los vínculos políticos con los recursos poéticos y estéticos. Luego, en los textos de mediados del 20, es dable advertir que sus opciones políticas están cercanas a una cultura libertaria y con tintes bolcheviques.

Junto a otros intelectuales con los que había compartido reuniones de debates y preparación de documentos en plena “década infame”, desde Córdoba laza el FONAE (Frente de Afirmación de un Nuevo Orden Espiritual) con un Manifiesto en donde convoca a “todos los hombres preocupados por esta hora del mundo que quieran trabajar en la afirmación de una nueva conciencia social y de un nuevo orden espiritual…asistimos así al paradójico espectáculo de movimientos, partidos y hombres de auténtico fervor revolucionario en cuestiones económicas y políticas, que sin embargo profesan un hermético conservadorismo en lo cultural, hasta el extremo de querer perpetuar formales espirituales típicas de la ideología burguesa del siglo XIX: biología darwiniana, sociología naturalista, metafísica materialista, ética y pedagogía utilitarias, literatura y arte realistas, etc.” (Manifiesto del F.A.N.O.E., Septiembre de 1932). No pocos cuestionamientos le trajo este pronunciamiento, entre otros el de “fascistas encubiertos”; nada mas alejado.

VI – Su aporte pedagógico es tal vez lo más celebrado por unos y otros. “Investigaciones pedagógicas (Bases y proposiciones para un sistema docente”, editado en Revista de la Universidad Nacional de Córdoba, año XVII, N° 3-4, 5-6, 7-8, Córdoba, mayo-octubre de 1930) es un trabajo aún hoy no superado. Completa su pensamiento en “La psicología y la pedagogía”, donde resume magníficamente los grandes problemas de la psicología y la pedagogía y su relación mutua. Inicia su idea en que la pedagogía no se funda en la psicología, pero aunque estas dos disciplinas apunten a fines distintos, existe un punto indudable de contacto, fructuoso para ambas. “El psicoanálisis pedagógico es un método que se aplica mecánicamente. No responde a un fin porque no está en su índole el proponer fines a la educación”.

Derechamente relacionado con la Universidad explora su creación y derrotero y afirma que no supo consolidar la unidad nacional pactada en 1853 y “las necesidades políticas provocaron la nacionalización de la Universidad de Buenos Aires”“La Argentina no ha sufrido una influencia más directa que la francesa. Nada adquirió de España, en la era del coloniato, porque España no enseñaba nada, siguiendo con la ignorancia la misma táctica que seguía con el empobrecimiento mediante el monopolio económico”.

Influenciado por Paul Nartop, al que trato en Europa, acrecienta su interés por la transmisión cultural y la educación escolar. Sin deshacerse de su orientación desde y hacia la comunidad, sostiene: “La educación es una función vital que se desenvuelve y se pondera en la actividad social. Si desde el punto de vista individual ella atiende al crecimiento, a una viva reconstrucción de la experiencia, desde el punto de vista social es la serie de procesos mediante los cuales actúa con sus poderes para afianzar desde la escuela la eternidad de su nombre”.

VII – Provocador a ultranza, justo en el centenario del asesinato de Facundo Quiroga en Barranca Yaco –el 16 de febrero de 1935-, funda la revista “Facundo. Crítica y polémica”. (1) Fueron apenas siete números. Referencia ineludible es el artículo “Meditación de Barranca Yaco” el origen común de los pueblos que conformaron el espacio territorial luego llamado Argentina, es decir un concepto de nación en sentido sociológico y de origen federalista. “Formada por núcleos constituidos y consolidados en una enorme superficie geográfica separados por la distancia, propicia a la acentuación de características regionales, pero ligados por lazos espirituales legados por Castilla, esa comunidad estaba estructurada y dispuesta como entidad para la historia y su evidente vocación política era el intercomunalismo federalista”. Entendía que la voluntad de Mayo no estaba representada en el liberalismo cosmopolita sino en el comunalismo personificado en Facundo, el caudillo, el cabildo como núcleo de la representación popular y la tradición hispanista.

IX – Casado con María Sabaté con la que tuvo a su único hijo, Gabriel, instaló su residencia en la tranquila villa de Unquillo. En la fría mañana del 2 de junio de 1944, falleció. No se decretaron fastos mortuorios ni duelos oficiales. La Argentina transitaba días de gobiernos militares con desembozada adhesión al fascismo tan combatido por Taborda como cualquier forma de autoritarismo.

Aquella cierta indiferencia se incrementó con el pasar de los años y se mantiene en forma de negación a que nuestro evocada sea considerado como un verdadero y profundo pensador patrio.

Sobre su tumba unquillense una piedra reza “Vivió y pensó para su tierra”. Solo el Instituto Provincial de Enseñanza Media N° 179 de San José de Calasanz, Villa Valeria (Córdoba) lleva su nombre desde 1997.

X – Titular de un linaje heroico, al mismo tiempo fue firme y ondulante, maestro y camarada, ardiente en entusiasmo, convencido que el destino del hombre era colmar la naturaleza saturándola del espíritu humano. En creativo esfuerzo se superó constantemente y la tarea de la vida parecióle como educación en toda la plenitud de su significado: educación propia, educación ajena. Por eso su espíritu fue su obra, ejemplificando en una perenne lección de austera belleza, de recia sabiduría.

(1) Se pueden consultar los números de la publicación en: http://americalee.cedinci.org/portfolio-items/facundo-critica-y-polemica/

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